lunes, 8 de diciembre de 2008

la pena de muerte para cualquier delito

La pena de muerte es muy antigua en todo el mundo, bien conocida por los severos castigos que se han realizado a las personas que cometieron delitos en algún momento de sus vidas. Actualmente en pocos países se practican las ejecuciones, debido a que la gran mayoría han ido tomando conciencia y eliminando de sus legislaciones la pena capital.
Asesinatos, traición, hurto, adulterio, homosexualidad, narcotráfico, corrupción política y renuncia a la religión son los crímenes de los que han acusado a los reos para aplicar la pena capital; en todos los países se han realizado estas duras penas, en cualquier momento de su historia.
Hombres y mujeres de diferentes clases sociales del mundo se confrontan por el apoyo o repudio de estos castigos, que se han venido usando para quitarles la vida a los presidiarios. De la misma manera hacen acto de presencia los movimientos sociales (marchas, manifestaciones) que se llevan a cabo en diferentes lugares del planeta para que sus paradigmas sean tomados en cuenta a la hora de hacer justicia.
Aleida Mogollón, de profesión abogado, manifiesta que le encantaría que en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela se apruebe la pena capital para delitos graves, porque la delincuencia es un problema complejo en el ámbito social y la única manera de abatirla seria incorporándola en la carta magna y además practicándola.
Es evidente que la delincuencia cumple un papel protagónico en Venezuela, pero la forma más apropiada para eliminarla no es aplicando la pena capital, sino creando castigos que puedan cambiar un poco la mentalidad del delincuente, todo dependiendo del delito cometido.
El estudiante de Derecho de la Universidad Católica del Táchira (UCAT), Ricardo Vivas, asegura que la pena de muerte no debería existir en ningún lugar, porque esto conlleva a violar los derechos humanos y por mas maléfico que sea el reo no deben quitarle la vida sino mas bien darle cadena perpetua, claro tomando en cuenta la gravedad de la infracción.
Los seres humanos están dotados de errores, que en su gran mayoría se pueden corregir utilizando métodos razónales e inteligentes. La cadena perpetua haría reflexionar al reo y lo mantendría toda la vida tras las rejas; difícil es para aquellos que deben permanecer el resto de sus vidas privados de libertad en un mundo oscuro y peligroso del cual deben resignarse a vivir y morir, rodeados de maldad y soledad. Muchos prefieren morir, que estar al tanto de la dura realidad, de no saborear mas nunca en su vida el goce de la libertad.
La directora del Centro Penitenciario de Occidente, Carmen Arévalo, dijo, “en nuestro país la pena de muerte es un absurdo ya que las instituciones penales cuentan con muchos beneficios que contribuyen con la mejora de las conductas de los presos y esto sería una base positiva para la sociedad venezolana en el momento de colocar en libertad a un reo”.
Lo expuesto anteriormente es una realidad, los recluidos en la cárcel de Santa Ana del Táchira tienen beneficios educativos, culturales, de salud e incluso asistencia psicológica con el objetivo de mejorar sus maneras de ser y actuar, por ello no es necesario acabar con la vida de una persona para solucionar un problema, sino lo esencial es brindarles atención para que ellos cambien y logren ser aceptados por la sociedad.
Existen aquellos que piensan ¿por qué beneficiarlos si están haciendo daño a la sociedad? bueno la respuesta es muy simple, porque el hecho de ser humanos que sienten, ríen, lloran como cualquier otro, tienen derecho a la vida y a una segunda, tercera o cuarta oportunidad para rectificar el error cometido.
“Como ser humano que soy, estoy de acuerdo con la pena de muerte para las personas que han cometido asesinatos y violaciones, porque después que lo hacen la primera vez continúan haciéndolo, lo digo con propiedad porque conozco vivos ejemplos que vuelven a caer en lo mismo y esto se vuelve una rutina”, agregó la Juez Rosario Duque.
Homicidas y violadores, son la noticia en el mundo, lo que se observa día a día en los medios de comunicación son muertes y violaciones, por ello es que el ideal de muchos individuos es que se apliquen sin piedad las ejecuciones.
Hilda Esperandio, abogado del Ministerio Publico, señala, “la pena capital debe ser practicada sólo a los asesinos, ya que están acabando con otras vidas y si a ellos no les importa los demás, al estado tampoco debe interesarles”.
Todos los seres humanos tienen derecho a la vida y en el caso de un asesinato, deben practicarle inmediatamente la pena capital, pero de la misma manera como el asesino a su víctima.
Controversia y debate es lo que se percibe en el mundo, por la práctica actual de las ejecuciones, están los países que aun la contemplan asegurando que es la manera más adecuada de reducir el delito y están la gran mayoría de los países que se oponen, afirmando que reduce más el crimen la cadena perpetua que la pena capital.

Taller de competencias comunicativas 20
Frank Enguelbert Chacón Gonzalez
CI. 19033049

jueves, 16 de octubre de 2008

PENA DE MUERTE

La pena de muerte es la manera más antigua de ejecutar a un condenado por cometer algún crimen o delito cápital. Ésta ha formado parte de los sistemas judiciales practicamente desde el principio de la existencia de los mismos. Actualmente el estado es el encargado de prácticar esta sanción, sólo algunos paises establecen en sus legislaciones el uso de las ejecución formal.

Desde la implementación de este castigo se han generado conflictos, sentiminetos encontrados, pronunciaciones oficiales, moviminetos internacionales y un sinfín de reacciones que no son más que muestras de apoyo o rechazo a este rígido proceso que desde hace miles de años se ha utilizado para condenar a los reos en el mundo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Cómo saber hablar?

La comunicación lingüística desde sus inicios ha sido el motor fundamental para interrelacionarnos y más aún con los avances tecnológicos que permiten conocer con mayor facilidad otras culturas en el mundo; para que exista una buena interacción el hombre moderno debe tener dominio de la palabra.

Gran parte de la sociedad piensa que los únicos capaces de hablar perfectamente son los renombrados de la clase alta o deben ser profesionales y por ello siempre obtienen los mejores cargos laborales.

En la rama empresarial deben activar una serie de mecanismos de formación lingüística para los trabajadores ya que de esto depende el prestigio y éxito de la empresa.

Al estar en nuestros hogares podemos detectar con facilidad los errores que emiten los animadores de radio y televisión; es de suponerse que si están en estos medios de comunicación deben ser ejemplo a seguir pero lamentablemente no lo son.

Para saber comunicarnos debemos hablar bien y para hablar bien debemos:

Saber persuadir y argumentar, claro siempre llevando estos métodos a la práctica.
Saber manejar sin ningún miedo cualquier discurso y frente a distintos públicos.
Practicar de forma secuencial la escritura y lectura más que todo.
El habla se mejora utilizando técnicas impartidas por otras personas.
Debemos regirnos por un patrón, tal como lo es las normas de la Real Academia Española.
No siempre utilizar las mismas palabras al hablar para así lograr enriquecer el léxico.
Conocer a nuestros oyentes.
Debemos litar el tiempo para no caer en el fastidio o aburrimiento.
Tener claras las ideas que vamos a transmitir.
Pronunciar bien las palabras y tener buena entonación de voz.
Saber manejar los gestos, posturas y desenvolvernos bien en el espacio.
Tener cortesía con el oyente para que este se sienta a gusto en la conversación.


Si en realidad queremos hablar bien debemos cumplir estas convenciones dentro de cada cultura y sociedad. Si dominamos estos tips, a la hora de interactuar tendríamos bastante éxito en nuestras metas.



Libro: Caballero Negro

Lilia Lardone.Bogotá, Editorial Norma, 1999.Páginas: 175
A un mes apenas de cumplir los 9 años, la vida de Luciano está sufriendo cambios: sus padres no se llevan bien, su mejor amigo está por mudarse muy lejos y las cosas en la escuela no marchan como debieran. Pero Luciano tiene en su propia casa un lugar para refugiarse; un lugar para hacer volar su imaginación y para que ese mundo fantástico le proporcione pistas para entender el mundo real que lo rodea.
El castillo tiene un mar al lado. Un mar con olas enormes, imposible de navegar. El castillo está en lo alto de un llano, y sus torres se destacan sobre el cielo azul. Torres, Luciano está seguro, así se llamaban en ese cuento de tapa dura que no le dejaban llevar a la cama.
Luciano espía desde las almenas. El horizonte se ve despejado y el camino ondulado también. De pronto, una pequeña mancha crece allá lejos, junto al bosquecillo de Sicómoros, se agranda más, se aproxima, avanza por el sendero escabroso que sube hacia el castillo. Luciano mira fijo y los ojos le duelen.
Ya lo tiene: la mancha es un jinete negro que cabalga rápido, tan rápido que en un instante está a tiro de flecha, pero Luciano se queda sin saber quién es.
Caballero Negro se acerca. Quién sino él va a andar por el sendero a esa velocidad, qué otro jinete levantaría cascadas de polvo dorado a su paso. El corazón de Luciano empieza a golpear al ritmo de los cascos que primero se escuchan apagados y luego vibrantes, a medida que la figura se agranda. Luciano se apura a bajar el puente, no sea que Caballero Negro crea que no lo esperan.
Ya están listos los estandartes con filetes dorados enmarcando al león negro sobre el fondo rojo, uno en cada extremo de la muralla, se agitan muy rápido por el viento que viene del mar. El Castillo recibirá al caballero con todos los honores porque son muchos los peligros que ha pasado durante un viaje tan largo.
Qué cantidad de aventuras en poco tiempo, Luciano recuerda que todo empezó cuando fue a rescatar a la hija de los dueños del Castillo.
El Caballero Negro, su héroe, también tiene problemas. Tan importantes como los de Luciano: ¿se casará con la Hija de los Dueños del Castillo? ¿Deberá combatir contra el Caballero de Plata? Junto a Luciano, el lector palpitará con las vicisitudes que deberá superar el Caballero Negro. Y todo gracias a esa alternancia entre la realidad y la fantasía que nos brinda la narrativa de Lilia Lardone.
En ese ir y venir de lo real a lo fantástico, Luciano irá creciendo y, naturalmente, despidiéndose, de esa etapa de la infancia en la que se sentía tan instalado y que ahora su propio crecimiento lo lleva a abandonar.
La sencillez del relato, sin duda producto de un cuidadoso trabajo de la autora, mantendrá atento e interesado al lector quien irá comprendiendo, poco a poco, la profunda belleza que contiene esta novela.
Caballero Negro obtuvo el Premio Norma-Fundalectura 1999 y su lectura se recomienda a partir de los 9 años.

martes, 1 de julio de 2008

Película: “Una mujer sin amor”

Una mujer sin amor (México, 1952, 86 minuto), dirigida por Luis Buñuel.

Reparto: Rosario Granados, Julio Villareal, Tito Junco, Joaquín Cordero.
Rosario es una mujer joven casada con el dueño de una tienda de antigüedades. El esposo Carlos es bastante mayor y antipático. Nos enteramos de que Rosario se casó con él para salir de la pobreza. Tienen un hijo, Carlitos, que tiene como diez años. Carlos regaña a Carlitos y esto causa que el niño se escape de la casa. Huye al campo donde se encuentra con un pelotón de trabajadores. Al jefe, un ingeniero, le cae bien el pequeño y el ingeniero—Julio—lo lleva a su casa. Julio y Rosario se enamoran al primer golpe de vista. Empiezan a reunirse a escondidas. Julio recibe el ofrecimiento de un puesto en Brasil y montan un plan de irse juntos con Carlitos; sin embargo, le da a Carlos un infarto grave y Rosario se siente obligada a quedarse a su lado. Julio se desespera y se va a Brasil solo.

Saltamos un par de décadas al porvenir. Nos encontramos en la fiesta en la cual se celebra la graduación del segundo hijo de Rosario y Carlos, Miguel, de la Facultad de Medicina. Miguel y su hermano mayor Carlitos—ya Carlos—los dos son médicos y planean despachar juntos en una clínica privada con tal de que su padre Carlos—aún vivo—pueda reunir lo suficiente mediante la venta de unas tierras.

Todo lo anterior sirve de la base de lo que sigue; es el preámbulo, el principio.
La familia recibe una visita de un notario quien les informa de un testamento de un tal Julio Mistral que acaba de morir en Sao Paolo, Brasil, y dejó toda su fortuna de un millón cien mil pesos al hijo menor Miguel, el que nació después de la partida—unos meses—del señor muerto. En esto se encuentra la materia de la sátira: es decir, la manera que reaccionan todos al joven súbitamente rico. La novia ambigua de Carlos—el hijo—se cambia de partes; Carlos—el padre—pasa completamente por alto la implicación de la herencia respecto a la fidelidad de su mujer, tanto le impresiona el dinero mismo. Sólo Carlos el hijo ata los cabos y se amarga.

Sin la colaboración del cinematógrafo maravilloso Gabriel Figueroa, el estilo visual es muy pobre. El argumento se presta mucho para formar un problema en el cual su solución es muy fácil. Se hace con inteligencia y agudeza pero no se desborda la inspiración. El amor que lleva Rosario por su amante muerto se realiza con sinceridad y simpatía, y al fin todos hacen las paces entre sí, sin desmentir la crítica del efecto del dinero sobre los escrúpulos.

Frank Chacón 19033049