lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Cómo saber hablar?

La comunicación lingüística desde sus inicios ha sido el motor fundamental para interrelacionarnos y más aún con los avances tecnológicos que permiten conocer con mayor facilidad otras culturas en el mundo; para que exista una buena interacción el hombre moderno debe tener dominio de la palabra.

Gran parte de la sociedad piensa que los únicos capaces de hablar perfectamente son los renombrados de la clase alta o deben ser profesionales y por ello siempre obtienen los mejores cargos laborales.

En la rama empresarial deben activar una serie de mecanismos de formación lingüística para los trabajadores ya que de esto depende el prestigio y éxito de la empresa.

Al estar en nuestros hogares podemos detectar con facilidad los errores que emiten los animadores de radio y televisión; es de suponerse que si están en estos medios de comunicación deben ser ejemplo a seguir pero lamentablemente no lo son.

Para saber comunicarnos debemos hablar bien y para hablar bien debemos:

Saber persuadir y argumentar, claro siempre llevando estos métodos a la práctica.
Saber manejar sin ningún miedo cualquier discurso y frente a distintos públicos.
Practicar de forma secuencial la escritura y lectura más que todo.
El habla se mejora utilizando técnicas impartidas por otras personas.
Debemos regirnos por un patrón, tal como lo es las normas de la Real Academia Española.
No siempre utilizar las mismas palabras al hablar para así lograr enriquecer el léxico.
Conocer a nuestros oyentes.
Debemos litar el tiempo para no caer en el fastidio o aburrimiento.
Tener claras las ideas que vamos a transmitir.
Pronunciar bien las palabras y tener buena entonación de voz.
Saber manejar los gestos, posturas y desenvolvernos bien en el espacio.
Tener cortesía con el oyente para que este se sienta a gusto en la conversación.


Si en realidad queremos hablar bien debemos cumplir estas convenciones dentro de cada cultura y sociedad. Si dominamos estos tips, a la hora de interactuar tendríamos bastante éxito en nuestras metas.



Libro: Caballero Negro

Lilia Lardone.Bogotá, Editorial Norma, 1999.Páginas: 175
A un mes apenas de cumplir los 9 años, la vida de Luciano está sufriendo cambios: sus padres no se llevan bien, su mejor amigo está por mudarse muy lejos y las cosas en la escuela no marchan como debieran. Pero Luciano tiene en su propia casa un lugar para refugiarse; un lugar para hacer volar su imaginación y para que ese mundo fantástico le proporcione pistas para entender el mundo real que lo rodea.
El castillo tiene un mar al lado. Un mar con olas enormes, imposible de navegar. El castillo está en lo alto de un llano, y sus torres se destacan sobre el cielo azul. Torres, Luciano está seguro, así se llamaban en ese cuento de tapa dura que no le dejaban llevar a la cama.
Luciano espía desde las almenas. El horizonte se ve despejado y el camino ondulado también. De pronto, una pequeña mancha crece allá lejos, junto al bosquecillo de Sicómoros, se agranda más, se aproxima, avanza por el sendero escabroso que sube hacia el castillo. Luciano mira fijo y los ojos le duelen.
Ya lo tiene: la mancha es un jinete negro que cabalga rápido, tan rápido que en un instante está a tiro de flecha, pero Luciano se queda sin saber quién es.
Caballero Negro se acerca. Quién sino él va a andar por el sendero a esa velocidad, qué otro jinete levantaría cascadas de polvo dorado a su paso. El corazón de Luciano empieza a golpear al ritmo de los cascos que primero se escuchan apagados y luego vibrantes, a medida que la figura se agranda. Luciano se apura a bajar el puente, no sea que Caballero Negro crea que no lo esperan.
Ya están listos los estandartes con filetes dorados enmarcando al león negro sobre el fondo rojo, uno en cada extremo de la muralla, se agitan muy rápido por el viento que viene del mar. El Castillo recibirá al caballero con todos los honores porque son muchos los peligros que ha pasado durante un viaje tan largo.
Qué cantidad de aventuras en poco tiempo, Luciano recuerda que todo empezó cuando fue a rescatar a la hija de los dueños del Castillo.
El Caballero Negro, su héroe, también tiene problemas. Tan importantes como los de Luciano: ¿se casará con la Hija de los Dueños del Castillo? ¿Deberá combatir contra el Caballero de Plata? Junto a Luciano, el lector palpitará con las vicisitudes que deberá superar el Caballero Negro. Y todo gracias a esa alternancia entre la realidad y la fantasía que nos brinda la narrativa de Lilia Lardone.
En ese ir y venir de lo real a lo fantástico, Luciano irá creciendo y, naturalmente, despidiéndose, de esa etapa de la infancia en la que se sentía tan instalado y que ahora su propio crecimiento lo lleva a abandonar.
La sencillez del relato, sin duda producto de un cuidadoso trabajo de la autora, mantendrá atento e interesado al lector quien irá comprendiendo, poco a poco, la profunda belleza que contiene esta novela.
Caballero Negro obtuvo el Premio Norma-Fundalectura 1999 y su lectura se recomienda a partir de los 9 años.